Bastet, la diosa gato de la mitología egipcia
Bastet (o Bast) es una diosa de la mitología egipcia que se identifica con la figura de los gatos. Muchas veces es representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato, o simplemente como un gato de cuerpo entero muy estilizado. La misión de esta diosa es difusa, algunos piensan que simbolizaba el hogar, la alegría, la armonía y felicidad. Otros piensan que se trataba de una deidad encargada de simbolizar el deseo sexual, de la luna, la fertilidad, la maternidad o las virtudes femeninas en general.
La diosa Bast tenía como hermana a la peligrosísima diosa Sejmet, aquella que era representada también por otro felino, la leona enfurecida. Una diosa que representaba las cualidades maléficas del Sol. A pesar de que Bast era una diosa en apariencia pacífica, si se enfadaba podía ser mucho más colérica que su hermana, por tanto convenía tenerla contenta.
Su representación como gata no es casual, y es que la naturaleza del gato, o más bien de las gatas, es de un animal de gran fertilidad, y una madre protectora con todos sus cachorros, además de ser animales nocturnos que se sienten cómodos con la oscuridad para cazar.
En el culto a la diosa, los sacerdotes escogían un gato el cual era adorado y venerado tratándolo como la mismísima encarnación de la diosa. Cada año, cuando la primavera se aproximaba, sus fieles celebraban la Fiesta de la Embriaguez. En esta fiesta tenían lugar procesiones con imágenes de la diosa que se transportaban en una gran barca por todo el Nilo.
Cuando la comitiva llegaba a Bubastis (ciudad consagrada a la diosa) comenzaban una auténtica fiesta llena de bebida en la que todos terminaban perjudicados por el alcohol y las danzas. Muchos creen que estas fiestas terminaban con verdaderas orgías. Lo único que se pretendía era rendirle culto de manera que Bast se calmara y no sacara sus afiladas uñas.
Publicado en: Mitología egipcia
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