Los fantasmas en calle Cister, en Málaga

No hay ciudad que no se precie de contar con historias paranormales, con fantasmas que acechan en calles o edificios, con seres del inframundo y sucesos misteriosos ocurridos en las más extrañas circunstancias.
Málaga no podía ser menos. Nuestro popular Cortijo Jurado es quizás el más conocido de todos los casos habidos en la provincia, pero también el Hospital 18 de Julio, algunas casas del Paseo de Reding o el caso que hoy nos atañe, el de calle Císter, cuentan con sucesos que han corrido por boca popular durante años y que, quien más, quien menos, ha podido escuchar en algún momento de su vida.
Seguramente muchos de vosotros, por ser una zona situada en pleno centro de Málaga, justo enfrente de nuestra querida Catedral, habrá oido hablar de los poltergeists ocurridos en las antiguas oficinas de Plaza & Janés situadas en la primera planta de uno de los edificios de calle Císter, en la confluencia con la calle Pedro de Toledo.
Allí, hoy día, en la planta baja nos encontramos las oficinas del Fibanc Mediolanum, pero su primera planta se encuentra deshabitada, quizás producto de los dichos populares de «gafe» o «mal fario» que tiene ese local.
¿Cuál es la historia de estos fantasmas en calle Cister?
Esta historia comenzó en junio del año 1991 cuando estas oficinas estaban habitadas por la editorial Plaza&Janés. Aquel 6 de junio, como cualquier otro día, sus trabajadores se presentaron en sus respectivos puestos ajenos a la experiencia que estaban a punto de vivir.
Era ya por la tarde cuando repentinamente lo que parecía un violento terremoto comenzó a mover muebles y estanterías. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que, lejos de ser una fenómeno natural, algo más extraño parecía ocultarse tras aquel suceso.
De repente, ceniceros y cuantos objetos móviles de menor tamaño había en la oficina comenzaron a volar por la habitación y estrellarse en las paredes como si alguien o algo estuviera arrojándolos. Los teléfonos comenzaron a sonar repetidamente, las puertas se abrían y cerraban y los archivadores y cajoneras se abrieron. El frío comenzó a adueñarse de las instalaciones, y sus trabajadores, finalmente, presas del pánico, salieron corriendo entre grapadoras y bolígrafos que volaban sobre sus cabezas.
Aquellos sucesos se repitieron durante tres días. Aprovechando la cercanía con la Catedral, decidieron llamar a un sacerdote, quien se presentó en el lugar. Éste roció con agua bendita el lugar, pero lejos de tranquilizarse, los movimientos volvieron con fuerza, lo que ahuyentó al mismo sacerdote.
Rafael Ortega, el que por entonces era Jefe de ventas y responsable de las oficinas de la editorial en Málaga, presente en aquellos sucesos, decidió llamar a su central a Barcelona, y desde allí aconsejaron llamar a un equipo de investigación parapsicológica del CICE (Centro de Investigaciones Científicas Especiales) quienes se presentaron en calle Císter para instalar sus equipos.
Cuentan estos investigadores que pudieron ver una imagen luminosa que se movía y que incluso grabaron sonidos de voces que incluso llamaban a uno de los investigadores por su nombre.
Aquel mismo día, en Parcemasa, se estaba exhumando el cuerpo de Miguel Domínguez, antiguo empleado de la editorial en Málaga, que había sido despedido cinco años antes tras ser acusado de estafa. Poco después del despido, aquel ex-empleado de Plaza & Janés se suicidó.
¿Podría ser casualidad que el mismo día que se exhumaban sus restos ocurrieran aquellos hechos en la que fuera su oficina? ¿Fueron reales aquellos hechos confirmados por varias personas?
Lo cierto es que Plaza & Janés acabó por abandonar aquellas oficinas y que cuantos negocios se instalaron en ella en años posteriores acabaron, de un modo u otro, cerrando, como fue el caso de la popular entre los jóvenes Sala Beethoven, aumentando así la fama de lugar de mal augurio de una zona, la de calle Cister, demasiado propensa a experiencias extrañas.
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Publicado en: Fenómenos Paranormales
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