Las Islas Eolias, de origen mitológico

Islas Eolias

Sabemos que, en la Antigüedad, las distintas civilizaciones recurrían a los dioses y a los mitos para intentar explicar el mundo que les rodeaba. Esto era así tanto para su vida cotidiana, como para los fenómenos de la naturaleza o para la tierra donde se asentaban y vivían.

En este sentido en Sicilia existe un conjunto de islas, denominado el Archipiélago de las Islas Eolias (o también Eólicas) que responden a este presupuesto. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son un total de siete: Lípari, que es la de mayor tamaño y que, a veces, también sirve para nombrar a todo el archipiélago, Vulcano, Salina, Strómboli, Filicudi, Alcudi y Panarea (de todas ellas, tan sólo los volcanes de Strómboli y Vulcano permanecen activos).

De origen volcánico y situadas en el Mar Tirreno, al lado de la costa nordeste de Sicilia, están colocadas formando una Y, lo que ha dado pie a relacionarlas con el cinturón de estrellas que constituye la constelación de Orión.

Cuenta la leyenda que sus primeros habitantes, dueños y señores, fueron los dioses en especial Eolo, la divinidad griega dedicada a los vientos y que dio su nombre a todo el conjunto de islas. Además de todo esto, Hefesto (Vulcano para los romanos) tenía en una de estas islas su famosa fragua, en la que forjó el tridente de Poseidón o los mismísimos rayos de Zeus, y vivía en ella con sus ayudantes, los Cíclopes. La isla de Lípari también debe su nombre al legendario rey Líparo que era, precisamente, uno de los hijos de Eolo.

En el relato de la Odisea, se nos dice que la isla Eolia era donde se situaba la mansión de Eolo y es descrita como una isla rocosa rodeada de una muralla de bronce.

Foto Vía: Islas Eolias

Publicado en: Leyendas

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1 comentario

  1. Álvaro Javier Botero Cadavid dice:

    No comparto la afirmación falaz de que «es por todo el mundo sabido que…»; simplemente, porque no es así. Tal vez, a principios del siglo XIX hubo una corriente de interpretación mitológica, más bien cercana al romanticismo alemán, que intentó este tipo de interpretación acerca del origen de los Mitos. Pero, incluso Sir G. Frazer, en La Rama Dorada, obra cumbre de la investigación etnográfica,
    histórica y mitológica del siglo XIX, ya cuestionaba esta interpretación. Más cerca, ahora en el siglo XX, Levi Strauss y el estructuralismo han probada suficientemente que el mecanismo de la Mitología responde a otro tipo de función social, más allá de la, tan racional y occidentalizada, mera explicacíón de «lo que rodea» al hombre. Incluso, desde los inicios del XX, el psicologismo, y las contribuciones hechas desde la Teoría de Freud sobre la Interpretación de los sueños, han planteado otro tipo de interpretación, mucho más funcional, profunda y precisa, afincada en la estructura profunda de la Mente humana, lo cual, de paso, explicaría satisfactoriamente las similitudes aparentes entre relatos mitológicos, entre pueblos separados por medio mundo.
    Abogo por un poco de mayor responsabilidad en la selección de los textos que presentan Leyendas y Mitos, entre otras cosas, porque no son sinónimos.

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