La diosa celta Brigid
Puede ser que la mitología irlandesa sea, con toda probabilidad, una de las más conocidas por el público en general: no sólo por la supervivencia de muchas de sus tradiciones, sino también por la cristianización de muchas de sus divinidades.
Es el caso de Brigid, Brigit o Brighid, muchos de sus atributos y de su historia fueron tomados por la figura de la cristiana Santa Brígida. Sin embargo, la tradición cuenta que Brigid era hija de Dagda y que tenía dos hermanas, también del mismo nombre, por lo que siempre ha sido considerada como una típica diosa triple celta. En su caso, su rasgo principal tiene que ver con el fuego, ya que se cuenta que nació con una llama sobre su cabeza, la cual la unió con el Universo.
Asimismo, y como en otras religiones precristianas del ámbito indoeuropeo, su asociación con la llama sagrada era mantenida por 19 doncellas en uno de los santuarios de Kildare (Irlanda), hecho que no deja de recordarnos otros ejemplos parecidos, como pudiera ser el de las sacerdotisas vestales de Roma. En este sentido, la leyenda cuenta que la llama estaba acordonada por un seto y que todo varón que osase traspasarlo sería castigado con la impotencia, la locura e incluso con la muerte.
Entre las posesiones de Brigid se encuentran dos bueyes (“Fe” y “Men”), Cirb (el rey de los carneros) y Torc Triath (el rey de los verracos) y entre las creaciones que se le atribuyen está el silbido y el plañir. Sus responsabilidades divinas atañen varios campos, como es el de la adivinación, la inspiración y los poderes curativos.
A ella también se le atribuye una especial relación con los pozos sagrados, así como la arraigada práctica de atar tiras de tela girando en torno a los árboles que se encuentren cerca de ellos, y que se contempla como una de las formas de honrar o de consultar a la diosa (una costumbre que aún se sigue llevando a cabo en nuestros días).
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Publicado en: Mitologia celta
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