Laocoonte, sacerdote de Apolo en Troya

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El conjunto escultórico del Laocoonte (o Laoconte) es de sobra conocido por todos los amantes de la Historia del Arte. Sin embargo, pocos conocen la leyenda que rodea a este personaje, que fue sacerdote de Apolo Timbreo en Troya y que desempeñó un importante papel en los acontecimientos que se sucedieron durante la conocida guerra entre griegos y troyanos.

Casado con Antiopa y padre de dos hijos, Virgilio cuenta en su relato de la “Eneida” cómo después de que los aqueos hubieran simulado su retirada, los troyanos se encontraron con un gran caballo construido en madera a las puertas de la ciudad de Ilión.

Cuando Laocoonte ve semejante escena, pronuncia su ya famosa frase «Timeo Danaos et dona ferentis» («Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos»), intentando advertir de este modo a los troyanos de que podrían llegar a ser víctimas de un engaño; es por ello por lo que sugirió a las tropas troyanas prenderle fuego, aunque no obtuvo una respuesta alentadora por su parte: éstos decidieron no creerle y, por lo tanto, no le hicieron caso.

Sin embargo, y ante la negativa de los troyanos de escuchar sus consejos, el sacerdote obró con imprudencia: comenzó a lanzar palos envueltos en llamas para tratar por su cuenta de prender fuego al caballo de madera. La historia cuenta que, en ese preciso instante, Poseidón envió a dos grandes serpientes que emergieron de las aguas e intentaron devorar a sus dos hijos; angustiado, Laocoonte se lanzó a luchar desesperadamente contra los reptiles, resultando finalmente también devorado.

La explicación que proporciona Virgilio acerca de este episodio, trata de demostrar que la brutal condena que sufrió el sacerdote se debe a la profanación que implica tratar de destruir un regalo a la deidad, razón por la cual tampoco nadie le creyó cuando intentó advertir de sus sospechas.

No obstante, existen otras tradiciones que afirman que Laocoonte había roto el juramento a Apolo al casarse y tener hijos, o que también podría haber profanado la imagen de Febo, al unirse en himeneo delante de la imagen.

Publicado en: Mitología griega

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2 comentarios

  1. pintero. dice:

    «La mujer tiene entre las piernas las lleves del cielo y del infierno» Ese dicho nos es mío, pero cristaliza de alguna forma que el hombre en toda su historia la ha tomado como eje de todos los males. Así los corroboran el mito griego con Pandora; el cristiano con Eva y la horrorosa guerra que genera la hermosa Helena entre griegos y troyanos. Diez años dándose machete por una mujer. Tienen tanto poder que sin decir una sola palabra, al pasar una, frente a unos hombres conversando, detiene la conversación. Son más que nosotros, pero no pueden controlar el mundo porque son egoístas entre ellas. Helena de troya no es una excepción, para que los poetas griegos la tomara como modelo y corroborar lo que tiene y no saben usar. Todos esos textos lo que hacen es enseñarnos lo que pensaba el hombre en aquellos tiempos. A quien le produce sueño una historia como esta, es posible que se le dificulte inferir ideas e interpretarlas.

  2. juygmdc dice:

    que es lleves

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